"SAMURAI" - El Guerrero Universal: Los temas mitológicos como puentes interculturales.

                                                                                                                                                      
Psicológicamente, el arquetipo como imagen del
instinto es una meta espiritual buscada por toda la
naturaleza del hombre; es el mar hacia el cual se
encaminan todos los ríos, el premio que el héroe extrae
de su lucha con el dragón, es siempre
colectivo, o sea, es común cuando menos a pueblos
enteros o a épocas enteras. Es probable que los temas
mitológicos más importantes sean comunes a todas las
razas y a todos los tiempos.
Si el Arquetipo es la causa última del
ser y el obrar, averiguar su esencia y desvelar su
verdadero sentido significan descubrir realmente
nuestra auténtica identidad y nuestro destino.
(Odisea Jung)


"ESTA PELICULA ES NUESTRA"
Escrito por Masako Itoh   para http://www.laplatahochi.com.ar

A propósito del estreno de Samurai, una película ambientada en la Argentina del siglo XIX, Nicolás Nakayama, el actor que encarna a uno de los protagonistas, espera que este film sea el inicio de “más historias nikkei”.

“Tuve que hablar español con acento de obachan”, dice Nicolás Nakayama, uno de los protagonistas de Samurai, la película de Gaspar Scheuer que se estrena este jueves 6 de junio en Buenos Aires, Rosario, San Luis y Paraná. Nakayama encarna a Takeo, un joven japonés que, tironeado entre la ética del código guerrero, herencia de su abuelo, por un lado, y la imperiosa necesidad, por el otro, de adaptarse al medio al que lo vuelca su padre, Satchiro (Jorge Takashima), cultivando la tierra y abandonando la lengua japonesa, una disyuntiva de cada uno de los descendientes de todos los tiempos y procedencias.
Mezcla entre Western gauchesco y cine de samuráis, la historia, de alguna manera, es la tan esperada primera aparición de un relato nuestro, argentino-japonés, en los anales de la filmografía argentina. Como salida de la atmósfera fantasmal de Los Sueños, de Akira Kurosawa, surge esta historia donde Takeo, que habita entre montañas y valles de la Argentina de fines del siglo XIX, se encuentra con Poncho Negro (Alejandro Awada), un gaucho sin brazos, quien lo acompañará en la búsqueda del mítico guerrero kagoshimano Saigo Takamori.

- ¿Los descendientes de japoneses nos podemos sentir identificados con esta película?

- Eso es lo que más me sorprende, lo más increíble. Que no siendo nikkei ni el director ni el productor ni los guionistas, hayan contado una historia tan nuestra. Por eso me sorprendió el director, Gaspar, con tanto respeto y amor. Creo que él también fue descubriendo todo esto. Hoy cierra cinco años de trabajo: desde que surgió la idea, hizo el guión hasta la realización. ¡Qué jugada tan arriesgada de vida! Están poniendo todo. No tienen otro proyecto, están con esto a pleno. Aun no habiendo generado esto desde el principio, creo que tenemos que ir todos. Esta película es nuestra, es nikkei. 

- ¿Qué te sumó a tu vida ser actor?- Yo creo que esto de ser actor también fueron pasos de fe, porque en esos momentos no conocía a nadie, japoneses u orientales, que hayan recorrido un camino así. Yo pensaba cómo se hace, no tenía ni idea de nada. Todo ese camino de esos años para mi vida fue muy clave, y ver cómo las consecuencias de las decisiones que uno toma te forman como persona. En medio de todo también estaba el casamiento con Maru, mi esposa, eran varias decisiones trascendentes en mi vida. Yo tengo la esperanza de que esta película despierte en muchos este mismo deseo. Todos estamos separados, haciendo cosas, y no nos enteramos y no nos juntamos. Quiero que genere eso: que podamos contar, de una forma linda, artística, más historias nuestras, como nikkei, que las hay, y un montón. 

- ¿De dónde son tus papás?
- Mis papás son nisei, de Okinawa. Mi abuelo es de Nakagusuku, del club japonés de Merlo, y mi mamá de Villa Ballester, y se conocieron en los bailes típicos de la colectividad. Y lo que más me gusta de esta aventura de ser un chico japonés de zona Oeste, de Seibu, de ir a los torneos en Burzaco, en Uruma-En, esforzarme por viajar a Perú, Brasil, de ser un nikkei común, de poder hacer esto, una película en Argentina, es un sueño. No creo que haya alguna peli sobre este tema. Venimos re bien con el taiko, festivales, matsuri. Mi pregunta es esa: ¿Y ahora, qué pasa? No puede morir esto acá, estoy con ese fuego de tenemos que hacer…

- ¿Cómo fue el trabajo con los otros actores?
- Jorge Takashima, desde su experiencia, es un samurái de la actuación, un guerrero. Aún hoy me siento y le hago muchas preguntas. Es un grande y lo admiro, creo que él también en su carrera, y a lo largo de los años, trabaja tratando de que surjan más oportunidades. Miki Kawashima, una mujer comprometidísima y actriz excelente. Es japonesa y nos ayudó en los textos en nihongo; una comprometida con su profesión, admiro mucho eso. Aún desde antes de comenzar a rodar, invertía su tiempo en ver, chequear y rechequear los textos, grabarlos, practicar con sus hijos. A mí me impresionó su dedicación. Creo que eso también la hace una gran actriz, una artista íntegra.
Samurai es el segundo largometraje de Gaspar Scheuer, producida por Tarea Fina, San Luis Cine, Aire Cine y Metaluna Productions (Francia). La película fue rodada íntegramente en la provincia de San Luis con un elenco conformado, además, por Alejandro Awada, Jorge Takashima, Graciela Nakasone y Kazuomi Takagi, entre otros.