El Lugar de Residencia: "¿Tu país o el mío?"



Donde quiera que vaya una pareja intercultural, siempre habrá procesos de adaptación que los integrantes
deberán llevar a cabo, y recordar que adaptarse siempre implica alguna clase de esfuerzo, y cierto monto de presión o estrés.

Los desafíos que se presentan en torno al tema "Lugar de Residencia" difieren -obviamente- de acuerdo a las distintas personas y circunstancias, que podríamos clasificar en tres situaciones paradigmáticas cuya complejidad varía -por supuesto-dependiendo cada caso particular:

1. Algunas personas se conocen en el país de uno de los cónyuges y se quedan allí. Entonces, uno de los integrantes de la pareja está "en casa" y el otro ya está familiarizado con el estilo de vida en ese país y "funciona" allí de manera más o menos exitosa.

2. Otros se conocen en el país de uno de los miembros de la pareja, se casan y se mudan al país del otro. Los papeles se invierten, en este caso si uno va pasar de la vivencia de ser nativo el otro tendrá la vivencia de ser extranjero. Muy frecuentemente (pero no siempre) es la mujer la que sigue al varón a su tierra y tiene que aprender a adaptarse a un modo de vida completamente nuevo a efectos de funcionar y ser aceptada en ese país.

3. Otros se conocen y se quedan o se mudan a un país que no es el hogar de ninguno de los dos. En tal caso, los dos "están fuera de su territorio de origen", y se tienen que tomar el trabajo de crear un estilo marital que incorpore las dos culturas, y además, adaptarse personalmente y como pareja a una tercera cultura que es la del país de acogida.

Algunas pistas para pensar los variados factores que influyen consciente o inconscientemente en la decisión del lugar de Residencia podrían enumerarse como sigue:

- Las condiciones legales que rigen la situación de migración y los diferentes escenarios que estas determinan para quienes quieren obtener la residencia, o acogerse a los regímenes de reagrupación familiar.

- Cuestiones de apego afectivo a lugares y personas.

- La calidad de la relación que cada uno tiene con sus familias de origen.

- La aceptación o no del vínculo de pareja por parte de las familias de origen.

- Las situaciones políticas, económicas, que se traducen en mejores oportunidades laborales que garantizan un mejor nivel de vida, lo cuál en el contexto global actual, puede ser cíclico.

- Cuestiones climáticas.

- Facilidades o dificultades para aprender la lengua que se habla en cada lugar.

Algunas observaciones a tener en cuenta:

- Suele darse por sentado que la persona que deja su país para ir "al país del otro", es la que más se sacrifica. En un sentido puede ser así. Pero también ocurre que por desconocimiento de la cultura del país de acogida. el integrante que es recibido tiene dificultades para comprender los esfuerzos de adaptación que vive también el integrante nativo y cuantos esfuerzos puede estar haciendo para adaptarse al estilo del recién llegado.

- La experiencia previa de vida en un país no garantiza inmediatamente el éxito de superar el duelo migratorio y el choque cultural. Hay jóvenes que han tenido experiencias interculturales como estudiantes previas a la relación afectiva intercultural. Ser estudiante de intercambio no es lo mismo que pertenecer a una familia y ser parte efectiva de ella. "Sabía en lo que me metía, estaba informada acerca del choque cultural, pero de todas maneras lo estoy sufriendo".

- El eje en torno al cual se organiza la vivencia de soledad del expatriado, gira en torno al sistema de soporte, amigos y familia a quienes ven y hacen cosas de la misma manera, que hablan la misma lengua y con quienes se puede relajar. El cónyuge extranjero puede considerarse en desventaja en muchos modos. El nativo está rodeado por refuerzos culturales de su identidad en la forma de expresiones del estilo de vida, objetos conocidos, costumbres y viejos amigos.

- En general ocurre que el nativo tiene menos necesidad de alterar su modo habitual de vivir, y espera que el recién llegado "encaje", esta perspectiva suele predisponer pobremente al nativo para reaccionar adecuadamente al malestar de quien está en proceso de adaptación.

-El ajuste más difícil a realizar se da cuando la pareja a establecido un patrón de vida en el país de origen de uno de ellos, y luego se muda al país del otro.

- Cualesquiera sean las condiciones de vida en el país, la mudanza en si misma puede afectar la relación.

- Cualquier cambio puede llegar a ser difícil y "traccionar" la relación y hacer emerger distinto tipo de ansiedades, a nivel consciente o inconsciente.

- Cada mudanza sacude para bien o para mal el mundo de la pareja. Se trata de identificar, justamente de que se tratan esos bienes y males, para tenerlos en cuenta, porque esas ventajas y dificultades hablan en realidad de nosotros, nuestras necesidades y nuestra disposición o falta de recursos para enfrentar los desafíos del momento.

- Una mudanza puede implicar que lo que funcionó necesite ser reformulado a la luz del menú de opciones de la nueva cultura y del momento evolutivo de la pareja.


En una pareja intercultural, cada cambio puede vivirse casi como empezar de nuevo.

Lo cual puede considerarse como un campo fértil para oportunidades, pero también vivencias de crisis.

Uno de los aspectos más molestos y turbulentos de estas mudanzas, es que pueden estar acompañados por cambios de personalidad significativos en uno de los integrantes o en ambos,  cuando se reasumen viejos roles.

A continuación se citan cuatro viñetas que ilustran malestares individuales y de pareja en diferentes circunstancias.


Viñeta 1

Una jóven norteamericana conoce a sus esposo Hindú en Toronto donde ambos trabajaban.

Estaba fascinada por él y por todo lo hindú mientras vivían en Canadá. estudió la historia de India, el arte, la lengua, y cocina india con gran entusiasmo de abrazar esa cultura. Hasta se puso un "sari" cuando la familia y amigos de su pareja los visitaron en Toronto. Pero el brillo de lo hindú se esfumó cuando se fueron a vivir a Nueva Delhi y le tocó ver a su sofisticado esposo verse absorbido de nuevo en su cultura, que gradualmente "lo iba transformando", y mientras los aspectos más pasivos y regresivos de su propia personalidad (reprimidos en Canadá) comenzaban a emerger.

Comenzó a sentirse aislada, mientras él parecía seguir los dictados de su madre, incluso en cosas que a ella le parecían temas que concernían exclusivamente a ellos como pareja.

El nunca parecía defenderla del escrutinio al que la sometían los demás, y hasta a veces parecía tomar parte. A causa de la falta de privacidad (siempre estaban rodeados de miembros de la familia extensa), nunca parecían poder encontrar el momento de conectarse entre ellos y hablar de lo que les estaba pasando. Parecía como si él fuera el hijo pródigo que no sólo había regresado a casa y se había colocado sus antiguas vestiduras, sino que además había borrado el pasado, especialmente los años que habían compartido juntos.

Una mujer en esta situación, suele sentirse devastada, ya tiene bastante con la tarea de ajustarse a la mudanza y a esta nueva vida que le resulta difícil, cuando siente que su marido toma distancia drásticamente de ella y que el amor de antaño da lugar a situaciones que comienzan a parecerse demasiado al desamor. No es raro que comience a perder la auto-confianza, y que en lugar de darse cuenta como desarrollar estrategias para enfrentar mejor lo que está pasando, comience a funcionar cada vez menos adaptativamente, a odiar la India por lo que le está haciendo a su matrimonio, y a pensar cuando y cómo podrán mudarse a vivir en otra parte, cualquier otra parte.

Por suerte para ellos, antes de que el matrimonio se derrumbara, su marido es reasignado a Alemania. Este cambio lo reubica a él nuevamente lejos de la fuerte influencia de su propia cultura y su familia, y esa distancia favorece que él se reconecte con el estilo de relación que ambos compartían al momento en que se enamoraron. Gradualmente, luego de los nuevos reajustes que el nuevo lugar de residencia les plantea, compartiendo los dos el estatus de "expatriados", las cosas van volviendo a la "normalidad" para ambos.

Viñeta 2

Una mujer norteamericana vivía felizmente en Chile. Había estado trabajando en la Embajada de Estados Unidos allí, comienza una relación amorosa con un hombre chileno y acepta razonablemente y con buena voluntad el estilo de vida chileno, que incluía aceptar un estilo machista dominante dentro del matrimonio, que se desarrollaba en un contexto complaciente con ese estilo, lo cual no le planteaba conflicto.

Pero el malestar comienza cuando más adelante ella es repatriada a Washington, D.C., y su marido decide seguirla. De regreso, comienza a sentirse incómoda frente a sus viejos amigos cuando su marido la trata de un modo que comienza a sentir autoritario. Comienza a percibir por parte de sus amigos una sutil presión cuando se preguntaban en voz alta "cómo ella podía tolerar ser tratada como un felpudo, o una ciudadana de segunda clase".

Encima, parecía que a su marido los Estados Unidos no le gustaban nada. El comenzó a extrañar todo lo referente a su vida en Chile, y a atacar al país de su mujer y a su gente. Criticaba también a sus amigos y compatriotas a quienes veía como "bestias sin clase", descalificaba todo lo que comía tratándolo como fast-food, y a la gente que lo invitaba a comer los descalificaba todo lo que se le ofrecía comparandolo con la comida de su país de origen.

También sospechaba de sus amigos y compañeros de trabajo, y solamente se sentía cómodo con Latinos, afirmando que se encontraba en Estados Unidos "sólo por dinero". Su estado de ánimo

lo llevó progresivamente a querer adquirir una posición maipuladora en la pareja, reaccionando a menudo con ira, criticando a su mujer de "feminista" y atrayéndole las intenciones de querer disminuirlo como hombre.

Qué situación tan desafortunada. El amaba a la norteamricana, pero odiaba su cultura y se negaba a buscar la forma de encontrarse a mitad de camino y negociar. Esta dificultad hizo que él fuera paulatinamente identificando a su mujer (estereotipándola) con todo lo que tenía que ver con ese

país "que a él no le gustaba"y ella a sentir que la no integración de su marido a la cultura tenía por consecuencia que el organizara una suerte de ghetto latinoamericano fuera de casa pero en su propio país. Ella tampoco aceptaba renunciar a su herencia cultural para tratar de complacerlo.

Los roles que habían funcionado en Santiago no funcionaban en Washington. Salvar el matrimonio requería modificar los patrones de relación.

Como es fácil de darse cuenta en estas historias, las dificultades que se plantean ante la confrontación con una cultura diferente NO SON SOLO CULTURALES, si no que son muy PERSONALES. Las diferencias culturales disparan conflictos que ponen en cuestión aspectos muy personales que solemos necesitar defender "como leones": los vínculos con nuestros progenitores, el modo en que hemos constituído nuestra identidad, qué es ser un hombre, qué es ser una mujer, qué conductas son respetuosas o no, nuestra relación con el poder, etc. Algunas de nuestras diferencias personales son culturales, y visceversa.

Para el que no esté familiarizado con experiencias interculturales, estos casos pueden parecer "extremos", pero a pesar de que se trata de la puesta en contacto de culturas MUY diferentes, debemos tener en cuenta que pueden considerarse bastante paradigmáticos aunque las culturas no parezcan tan disímiles. El contexto intercultural depara muchas sorpresas.

Hay quienes piensan que mudarse a un tercer país, es la situación ideal para muchas parejas interculturales. (Se trata de la altentaiva que enumeramos más arriba con él número tres). Sin embargo, también esta opción presenta sus desafíos, especialmente si la pareja debe enfrentarse a un standard de vida inferior o a condiciones de vida sensiblemente diferentes tales como: leyes represivas, violaciones a los derechos humanos, dificultades climáticas, inestabilidad política, contextos de severa pobreza, o una religión dominante que afecte el estilo de vida de todos los que allí se asienten. El estrés externo afecta las relaciones de pareja, en la medida en que aporta tensiones.

¿Cuando se incrementa el malestar en estos casos? ...cuando los procesos de adaptación de ambos, cursan fuera de sincronía..., cuando cada uno tiene un acercamiento a la nueva cultura desde una base perceptiva diferente (lo cual es muy común que ocurra al pertenecer a culturas diferentes), cuando que experimentan diferentes síntomas, y cada uno necesita recibir del otro un distinto tipo de apoyo...



Viñeta 3

Un hombre británico que hacía tres años vivía en Japón, que hablaba japonés, conocía la cultura y admiraba el Japón, conoce y se casa con mujer japonesa. Había estudiado arte y poesía oriental, se sentía cómodo con los amigos de su mujer y con la comida oriental. Mientras permanecieron en Asia el matrimonio fue felíz, el saldo y estilo de la relación fueron positivos.  Pero cuando él fue llamado a volver a Inglaterra, su mujer mujer sufrió intensamente dejar a su familia y lo siguió con gran voluntad. El nuevo estilo de socialización entusiasmó mucho a la esposa, que se sentía muy bien con las amistades del marido que tenían experiencia internacional y muchos de ellos tenían esposas extranjeras. Basicamente, ellos seguían haciendo lo que siempre habían hecho, solo que en una locación diferente...

Cuando en una instancia posterior el marido es enviado a Bangladesh, todo cambia para la pareja, y la tensión que la vida les planteaba en el nuevo destino afectó adversamente a la relación. Ambos se volvieron extranjeros, sin buenos amigos ni apoyo del sistema y sin la posibilidad de gozar del tipo de diversiones que ambos disfrutaban en sus anteriores lugares de residencia, cada uno reaccionó frente a la dureza de la vida de un modo diferente.

El se sumergió en los deportes, el teatro amateur, y se dedicó a frecuentar los coktails que ofrecía la Colonia Británica  "porque no había otra cosa que hacer". Pero estás tácticas de supervivencia no eran atractivas para la japonesa, a quien no le interesaban estas acividades ya que decía no compartía "los sentimientos del imperio". Su manera de reaccionar frente a esta situación fue retraerse, dejar de comer, sufrir cefaleas, y volverse silenciosa y distante, incluso de su marido, quien se ponía ponía frenético y al mismo tiempo se quejaba de la incapacidad de su mujer para esbozar aunque fuera una tenue sonrisa. La mujer llegó a sentirse tan deprimida, que llegaron a considerar que lo mejor sería que ella abandonara el país. Con pena y verguenza, volvió a la casa de sus padres en Japón a esperar que su marido terminara con sus obligaciones en Bangladesh.


Viñeta 4

Una estadounidense y un italiano habían sido criados y se habían desarrollado muy bien en un contexto familiar de frecuentes mudanzas. Eran personas con habilidades para la adapatación intercultural. Sin embargo, a medida que el tiempo pasaba, comenzaron a sentirse cansados de "comenzar y recomenzar una y otra vez", cansados de perder amigos, de consolar a sus chicos, que no querían volver a ser desarraigados una vez más. A pesar de esto, ellos seguían sintiéndose felices de pertenecer a una cultura "intercultural" que les permitía "poner sus propias reglas". Sin embargo, cuando el marido llegó al momento de su retiro profesional, apareció la preocupación acerca del decidir dónde "detenserse". Tenían amigos por todas partes pero no tenía, un hogar en ningún lado. Lo más importante era seguir juntos, pero a ambos les preocupaba el día en que uno de los dos no estuviera, y fue así que comenzaron a sentir por primera vez  la necesidad de encontrar un lugar donde tener raíces. Pero... al mismo tiempo, esta cuestión de tener raíces era la necesidad más rechazada por la esposa. Ella descollaba en sus aisgnaciones  internacionals aunque implicara tolerar dificultades y terroristas.  Pero no le gustaba que la enviaran de vuelta a su país -Estados Unidos- porque extrañaba el glamour y el status de los puestos laborales extranjeros, y detestaba lo que llamaba "la predictibilidad de la vida ordinaria".  Cuando el marido se retiró, fue como si le cortaran las alas.
Resolver dónde vivir puede ser un gran tema para las parejas que vienen de distintos países, y la decisión suele depender de en qué momento de sus vidas estén:

- ¿Están comenzando sus carreras?
- ¿Escolarizando niños?
- ¿Preparándose para la jubilación?

Con frecuencia, el país que dejaron voluntariamente cuando eran jóvenes comienza a tentarlos nuevamente
cuando se hacen mayores, y una situación como esta puede "traccionar" a parejas que vienen de distintos países: ¿Quien retornará al país de quién?

Otro tema de la situación de retorno al propio país, es la vivencia de "ya no pertenecer" (shock cultural + los duelos propios de la migración de retorno).




Tiendo a imaginar en el segundo plano de mi mente, un lector que piensa que todo esto puede parecer una gran pesadilla. ¡Para mucha gente lo es! Hay muchas personas que circulan por estás experiencias de manera menos pesadillezca, es cierto, pero también es verdad que es mucha la gente que no habla de lo mal que lo ha pasado o lo pasa.

Los malestares de los que hablamos recién están comenzando a validarse y a salir de su situación de invisibilidad.

Si hacemos visibles las crisis, las dificultades, los obstáculos es porque su identificación y reconocimiento es lo único que nos permite poder pensar estrategias funcionales de intervención en tales situaciones.

Pensar acerca de lo que nos pasa, y buscar el modo de integrar adaptativamente lo que se siente.

Tomar contacto con las direcciones de sentido que emergen de ese núcleo conflictivo complejo que es preciso abordar, y ver como movilizar recursos, para que los sentimientos negativos o conflictivos que emergen no nos paralicen, sino que puedan retroalimentar positivamente nuestro proceso personal y el de nuestra pareja y familia.




Fuente de consulta: Intercultural Marriages - Promises and pitfalls (Dugan Romano)

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